Ayer comenzó la aventura para un grupo de nóveles futbolistas nacidos en 2006, 2007 y 2008. El grupo de esta edad es llamado Querubín y es el conjunto más joven del Club Deportivo La Salle. Han comenzado a entrenar dos días a la semana: martes y jueves, y bajo las órdenes de José Luis Catañeda Bello "Luis Bello" van a dar sus primeros pasos en este mundillo del fútbol. El grupo no está cerrado y todo aquel que quiera comenzar durante esta temporada no tiene más que asistir uno de estos días al campo interior del Virgen del Carmen.

Algunos, los más remolones, no se han despegado de las faldas de los padres durante el entrenamiento. Otros, indecisos, se acercaban al campo y volvían con su familia a las primeras de cambio. Es normal este comportamiento y quizás con la segunda o tercera sesión ya vaya desapareciendo esta actitud. Hay que tener paciencia con ellos y para eso está el número uno, Luis Bello, que con una de cal y otra de arena les va enseñando a amar este deporte con alegría, seriedad y disciplina.

El entrenamiento comenzó con un ejercicio de andar por parejas, el primer ejercicio en conjunto manteniendo un orden y soltando músculos, aunque algunos se salían de la fila y otros tenían que ser convencidos para que volvieran. En las primeras evoluciones de los pequeños hemos visto que los querubines vestían algunas equipaciones de La Salle, otros venían con vestimentas de equipos de élite, pudiéndose distinguir a varios Messis y varios Ronaldos, hasta un Ibrahimovic y, como no, algún defensor del Cádiz C.F. y de la roja, para todos los gustos, pero nos quedamos con sus caras y con su ilusión desbordante.

Después de la caminata llegó el mismo ejercicio pero a trote, cuestión que hizo soltar los nervios y se vieron las primeras sonrisas y sudores de la jornada. El hielo estaba roto y los nervios del inicio y de los primeros posados para las fotos ya estaban olvidados. Había comenzado la sesión en serio. El tema se fue complicando cuando entró en juego un elemento extraño, los conos, que marcaron lineas y obligaron a hacer zigs-zags y sprints de calentamiento. Muchos ejercicios nuevos que algunos cogían a la primera y otros necesitaban de alguna expliación extra para cumplirlos, pero para eso estaba allí el bueno de Luis.

Luego llegó, por fin, el todopoderoso: el balón. Dando comienzo al partidillo, donde cada uno iba detrás del esférico persiguiéndolo por todo el campo, como sucede en todos los comienzos..... ya Luis irá poniendo las cosas en su sitio. Todo esto bajo la atenta mirada de familiares y curiosos que no se querían perder el "debut" de los pequeños. Después llegará el míster e irá convenciéndolos de que la foto era para el Diario de Cádiz y de que habrá que comer lentejas todos los miércoles si quieren continuar en el equipo; luego les enseñará el cromo (trucado) de cuando él jugaba en Primera División con el Valladolid y les dirá que el sábado, después del partido, será muy conveniente comerse un buen filete de pez espada; les dirá que avisen a sus padres para que vayan juntando dinerito para el viaje a Bilbao ya que un equipo querubín del Atlhetic nos ha pedido un partido y hay que cruzar España para medirnos con los cachorros vascos. En fin, el mismo comienzo que han tenido muchos de los que ahora mismo son figuras del fútbol nacional, como Vadillo en el Betis o Moreno en el Guadalajara, o como muchos de los que ahora están llevando a sus hijos para que comiencen su aventura futbolística.

Desde el Club no queremos ser más papistas que el papa ni intentamos dar lecciones magistrales pero sí os vamos a dar un consejo con todo el respeto: no esperéis que salgan ni un Messi ni un Cristiano, asistid a los entrenamientos y partidillos esperando que salgan deportistas con sus virtudes y con sus defectos; disfrutad del juego, de la victoria y de la derrota; disfrutad lo máximo y jamás le exijáis más de lo que él puede o quiere dar. Esto que comienzan vuestros hijos es un deporte y un juego. Mucha suerte.