Se recupera así esta estructura compuesta por columnas de hierro fundido que perduró desde finales del s. XIX hasta el derribo de la estación hace apenas un lustro. Un elemento que se convirtió durante más de un siglo en quizá la parte más sobresaliente, material y patrimonialmente hablando, del antiguo edificio.

Hace justo dos meses Manuel Izco, delegado de cultura del Ayuntamiento puertorrealeño anunciaba el inicio de la restauración del retablo de la Virgen de Lourdes que se ubicaba antaño en la antigua estación, con el objetivo de devolver tan singular obra una vez acabados los trabajos de restauración al edificio de la nueva estación, aludiendo al valor sentimental y patrimonial de dicha pieza cerámica. Trabajos que según indica el edil de Cultura van a buen ritmo y verán pronto su final, incorporándose de nuevo este retablo en la nueva estación posiblemente antes de concluir el presente año.

Pero no era éste el único elemento que desde el Ayuntamiento se pretendía recuperar de la antigua estación e incorporar a la nueva obra. También desde un principio se han hecho todos los esfuerzos y gestiones oportunas para que otro elemento representativo de la estación derribada volviera a ocupar un lugar importante dentro del nuevo espacio, en concreto la antigua marquesina que protegía el andén junto a las vías.

La antigua estación, construida en torno al año 1860, no contaba en principio con elemento alguno que protegiera a los viajeros de la intemperie en la zona del andén, incorporándose una marquesina algunos años más tarde, poco antes de concluir el siglo XIX. Esta protección se compuso por columnas de hierro fundido que sostenían la techumbre, igualmente en hierro, la cual perduró cumpliendo su original función hasta el derribo de la estación hace apenas un lustro. Es así como este elemento se convirtió durante más de un siglo en quizá la parte más sobresaliente, material y patrimonialmente hablando, del antiguo edificio.

Con la recuperación y puesta en valor de estos emblemáticos elementos, continúa Izco, "cumplimos con el compromiso de respetar nuestro patrimonio, de mantener y perpetuar lo que nos ha sido legado, de la mejor manera posible para el disfrute actual y futuro. Algo que ya hicimos hace poco más de un año con la recuperación de los añorados arcos de gas de la calle de la Plaza y ahora lo volvemos a hacer con la restauración y colocación en la nueva estación del retablo cerámico de la Virgen de Lourdes y las columnas y marquesina que eran símbolo del antiguo edificio y que ahora se unen a los nuevos elementos. Es nuestra forma de trabajar, avanzamos hacia el futuro con nuevas obras, nuevos proyectos que van siendo una realidad, pero sin despreciar ni dar la espalda a nuestro pasado, al contrario, nutriéndonos de aquellos elementos que simbolizan nuestra historia para marcar nuestra singularidad local."

De este modo los dos elementos más significativos de la antigua estación, tanto el retablo cerámico de la Patrona de la localidad, con más de medio siglo de historia, como la marquesina que protegía el antiguo andén de la estación, obra de fines del siglo XIX, volverán a ocupar un lugar importante dentro del nuevo espacio que resultará tras las obras que van concluyendo de la nueva estación y su entorno.

El equipo de Gobierno quiere destacar la sensibilidad que en todo momento ha mostrado la Dirección General de Infraestructuras Ferroviarias. "Desde que le trasladamos nuestro deseo de restaurar ambas piezas y de conservar esos símbolos de identidad tan nuestros, se mostraron muy receptivos y trabajamos de la mano para que los puertorrealeños tuvieran la ilusión de conservar dos símbolos de su historia", finaliza Manuel Izco.