"Una reparación con materiales que dañan el edificio a sabiendas de que esa acción está prohibida por la catalogación del inmueble; una tremenda irresponsabilidad del área de Cultura, Patrimonio y Urbanismo".

Los andalucistas argumentan que el Centro Cultural Iglesia de San José está declarada BIC (Bien de Interés Cultural) y por tanto tiene una protección legal y urbanística que impide que se utilicen ciertos elementos nocivos para su conservación.

Los monumentos declarados de Interés Cultural y protegidos bajo la Ley de Patrimonio deben tratarse como tales. Las intervenciones realizadas sobre ellos deben ir acompañadas de un estudio previo de análisis en el que se determine la forma en que se va a actuar, los materiales que se utilizarán y el agente que intervendrá. Estas salvedades son de máxima importancia puesto que la elección de todos estos factores harán que la intervención en el monumento sea adecuada y entre dentro de la legalidad existente.

La importancia de los materiales empleados es vital en este tipo de actuaciones puesto que estos inmuebles en sus materiales compositivos contienen otros llamados históricos y que pertenecen a una especie de mortero clásicos de cal y arena con una estabilidad y reacción de sobra controlada y estudiada, bastante adecuada al contexto en el que se encuentra el edificio.

El uso de cemento Portland en trabajos de restauración no está particularmente recomendado debido a su elevada resistencia mecánica, su escasa porosidad y carácter impermeable. Además es susceptible al ataque químico de soluciones con disgregación de la masa a causa del aumento de volumen que implica la transformación.

La formación de sales implica una pérdida de las propiedades mecánicas del mortero, así como un aumento de la porosidad, lo cual tiene como resultado su deterioro y el del substrato pétreo, al que transfiere sales solubles dañinas. De hecho, el uso de este compuesto en morteros de revestimientos sobre muros donde el ascenso de agua por capilaridad es importante suele ser particularmente dañino, tanto para el substrato pétreo como para los revestimentos murales existentes.

Hacer una intervención en el Centro Cultural Iglesia de San José sin memoria ni estudio previo, ejecutada por personas sin formación en restauración y que no conocen las particularidades del monumento y haciendo uso de cemento incontrolado es una verdadera chapuza que puede conllevar un daño irreparable en el Bien de Interés Cultural y que además puede conllevar incluso sanciones legales muy importantes.