Javier García, Álvaro Soto, Pedro Valero y José Antonio Regadera, conseguían el primer puesto en la prueba de 166 km.

El club local participo en la Ultra Trail Sierras de Bandoleros el pasado fin de semana con un apoteósico triunfo por equipos en la prueba más dura de 166 km convirtiéndose en un infierno para los corredores dado las inclemencias del tiempo.

“Cuando la montaña se hace infierno”, así lo comentaban todos los corredores que acababan o abandonaban la prueba más dura del calendario de carreras de montaña del año.

El equipo del Club puertorrealeño compuesto por Javier García, Álvaro Soto, Pedro Valero y José Antonio Regadera, conseguía el primer puesto en esta edición dantesca de Bandoleros que pasará a la historia.

A destacar también la participación en la misma de los corredores José Martin Cuenca en 166 km y Cristina Cadenas 87 km, que terminaron la prueba, así como de Juan Villalpando, Antonio Almenara y Ángel Gómez de la Torre que tuvieron que abandonar.

Cuando solo 122 de los 379 participantes en la prueba larga terminan y 245 de 530 hacen lo propio en la prueba más corta, es porque algo poco habitual ha debido suceder. El casi 70% de abandonos en la prueba de 166 kilómetros y el 54% en la prueba de 86 kilómetros se ha debido a la dureza de las condiciones climatológicas. Una intensa lluvia durante todo el fin de semana, llegando a nieve en cotas altas como el pico Simancón, con granizada, viento, niebla y un insufrible barro que llevó al recorrido a puntos muy peligrosos tanto en subidas como en bajadas, mermaron a los participantes en ambas distancias y dio a la prueba la mayor dureza que se recuerda en cualquier prueba deportiva rebasando la línea de lo épico para acercarla a una carrera solo para locos

El viernes por la tarde se dio la salida a una prueba que estrenaba distancia para llegar a las 100 millas, el ultra trail salió sin lluvia, pero pronto empezaría el infierno, apareciendo el granizo, la nieve, viento intenso y haciendo que ilustres corredores de trail, incluso ganadores de ediciones anteriores se retirasen.

Tras todo un viernes noche de lluvia, el sábado arrancaba con intenso aguacero en todo el entorno de la disputa de la prueba para dar la salida a la Bandolerita, que también estrenaba distancia, con 86 kilómetros coincidiendo con lo más duro de la prueba larga. Los niveles de barro y los charcos habían ido en aumento dado que no dejaba de llover y empezó a hacerse notar ya desde la subida tras El Bosque con escenas dantescas de caída tras caída en algunos puntos de descenso por el barro acumulado.